Liniers lleva unos días contándonos cosas de ese vértigo que sintió cuando, con su niñita en los brazos, se dio cuenta de todo el camino que le quedaba por recorrer, y lo difícil que es siempre no perderse. Y lo hace así de bien (uno, dos, tres)... (Claro que tiene a la segunda en camino: después de Matilda, Clementina... ¡Felicidades, che...!)
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