Ajá. La librería estaba llena y los que presentaron el libro y la expo lo hicieron bien, con cariño y conocimiento. Y Calatayud habló como él habla, con calidez y buen humor, pragmático, entrañable.
Había caras conocidas: a algunos saludé, otros se escaparon (y a más de uno ni siquiera lo vi, sospecho, que desde la primera fila se veía allí atrás un apretado mar de cabecitas). Estaba Olivares, muy bien acompañado (Eva Vázquez, encantadora: ya tenía ganas de saludarla y charlar un ratito con ella...), y estaba Enrique Vela, compañero de la vieja guardia de Urich y U. Estaba Fernando Vicente, estaba Federico Moreno Santabárbara. Luis Conde. Estaba el staff de Sinsentido, con Moreno a la cabeza (sonriente, feliz: "para esto abrí el Espacio", nos comentó a Eva y a mí cuando nos cruzamos con él de camino a la calle para fumar un cigarrillo); y estaba Catalina también, que se ha currado la actualización del catálogo para Angoulême.
No lo duden: acérquense a ver la exposición, que es espectacular, y háganse con el libro, editado con cuidado por El Patito Editorial. Yo a casa he vuelto contento. No suelo acudir a estas cosas (los horarios, ay... y la pereza, también), pero hoy ha merecido la pena escaparse del trabajo y acercarse.
3 comentarios:
Ay que me parto.Que ese trocito de jersey que asoma al fondo es de javier con su peter de antaño como estrella indiscutible de la noche.Estaba tan orgulloso
:-D
Qué envidia me dais entre todos.
Mala gente que sois...
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