Día de sol ayer, sol agotador.
Todavía me zumban los oídos de la pitada.
No cerramos: lo de los mínimos, ya saben. Pero sí vi a mucho capitoste por allí, nervioso, mirando a hurtadillas desde detrás de esquinas y dinteles...
El martes, más. Y ya les contaré. Que ahora tengo deberes atrasados (y muchos).
Todavía me zumban los oídos de la pitada.
No cerramos: lo de los mínimos, ya saben. Pero sí vi a mucho capitoste por allí, nervioso, mirando a hurtadillas desde detrás de esquinas y dinteles...
El martes, más. Y ya les contaré. Que ahora tengo deberes atrasados (y muchos).
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