domingo, 19 de febrero de 2006

domingo, todavía: una declaración (o una conversión).

De lecturas reposadas.

Les dije de dos nuevos Sfar (nuevos en mi biblioteca). Les dije del reciente Isaac, de Blain. Y, en efecto, hoy he dado buena cuenta de los tres libros. Con una media sonrisa de placer. Esa expresión un poco embobada que se le queda a uno en la cara cuando se deja arrastrar por un relato sorprendente y se ve envuelto, atrapado en el mundo que propone el autor, hechizado por el buen hacer, por la inteligencia, por el talento, por el trabajo.


Lo admito: fui muy reacio, durante un tiempo, a la obra de Sfar, que por aquí llegaba, además, con cuentagotas. (Blain no; Blain me engachó a la primera.) Ahora ya no. Ahora, aquí, hago pública mi rendición sin condiciones al talento arrollador de este hombre, a su capacidad fabuladora, a su torrencial grafomanía. No me importa que a veces los argumentos se dispersen, no me importa que a menudo se resienta la estructura narrativa. No me importa que los resultados plásticos oscilen de lo muy hermoso a lo más bien discutible. Me rindo.

El mundo de Sfar es arrebatador, y su manera de sumergirnos en él implica, sí, un esfuerzo por nuestra parte, una voluntad por dejarnos llevar... pero, una vez dentro, no hay vuelta atrás. En absoluto, de ninguna manera. Es ya para siempre.

Aquí les dejo un par de cubiertas. Son los libros que me han terminado de ganar para la causa. No son los mejores que he leído suyos. De hecho, en ambos hay todavía una cierta desorientación por parte del autor, que va tocando diferentes palos mientras intenta encontrar la manera de dar forma al magma fabulador que burbujea en su cabeza. En Le petit monde du Golem aparecen personajes conocidos, personajes que luego serán cuajados y desarrollados en títulos posteriores. Es un trabajo ligero, frágil, lleno de una rara belleza. Paris-Londres, por contra, es una perfecta locura, un folletón paródico, una sucesión de situaciones absurdas y personajes inverosímiles, una fiesta referencial; casi se diría que se trata de un afortunado ejercicio de escritura (de Historieta, en fin) automática, chispeante y alambicado.

He removido mi desastrosa biblioteca, he rescatado diferentes álbumes de diferentes montones polvorientos y tengo a mano todo los que he ido comprando de Sfar. (Y lo de David B, lo de Larcenet, lo de Blain, lo de Trondheim, que al final es el que menos me satisface...) No es mucho, pero imagino que iré rellenando lagunas en los próximos meses. (Algunas lagunas, en cualquier caso...)


Y, en lo que respecta a la quinta entrega de Isaac le pirate, titulada Jacques, qué puedo decir. Resulta frenética, casi. Está llena de momentos excitantes (y sexy, créanme). Tiene a un Blain en plena forma, capaz de elaborar imágenes fantasmagóricas, bellísimas, sin perder de vista en ningún momento el desarrollo de la acción y la estructura de la narración.

No esperen que les cuente el argumento: esto no quiere ser una reseña. (Y yo no hago reseñas en las que cuente los argumentos, además; no me gustan.) Sí puedo decirles que hay sorpresas. Y que es una lectura de las que se disfrutan. (Como decía más arriba... tengo ya a mano los cuatro libros anteriores. No tardaré en darme un atracón.)


Queda dicho, en fin: considérenme un Sfaradicto. (Dentro de un orden, sí... pero adicto.)

11 comentarios:

tirafrutas dijo...

¡Bienvenido al club! Mucho me temo que de aquí no hay escapatoria...

Es curioso que nombre a Trondheim y diga que es quien, al final, menos le apasiona. Algo así me ha sucedido a mí. La oleada de nouvelle BD que ha llegado a España vino iniciada por la obra de Trondheim, que luego dio paso a que las editoriales se animaran con otros autores como Sfar, Blain, etc. Y resulta que, también, descubrí más afinidades con estos últimos que con el que nos vendieron como el mejor. Qué cosas.

Anónimo dijo...

Suscribo lo dicho. Sfar y Blain más grandes que Trondheim, sin quitar meritos a este ultimo, quede claro.

El quinto Isaac, le envidio... Yo tendré que esperar a que Norma se anime con el cuarto y esperar.

Un saludo

Anónimo dijo...

de sfar solo he leído mazmorras, y el gato del rabino, serie que me parece estupenda, ganas le tengo siempre al profesor bell y a los vampiros, y es posible que trondheim no sea tan apasionante como algunos de sus compañeros, pero no deja de ser un autor muy divertido

vaya tipos estos nuevos franceses...

Anónimo dijo...

¿Me recomiendan el de Van gogh se va a la guerra de las trincheras? Me llama...

fcnaranjo dijo...

Se lo recomiendo con fervor, si me perdona el entusiasmo. De lo mejor que le he leído a Larcenet nunca.

fcnaranjo dijo...

(Tiene otro, en la misma línea de "aventura rocambolesca" protagonizado por Freud y ambientado en el far west que es la monda... pero es otra cosa, claro. Potente, pero otra cosa. Con Van Gogh dio en la diana...)

Anónimo dijo...

Gracias pues. Y por supuesto que le acepto el entusiasmo. :) Es que el punto de partida, asi como el dibujo y el color, me resultaba muy atractivo...

Hay más cosillas de esta gente que me pican la curiosidad, pero suelo evitar las series abiertas y los cartonés (reconozco lo que esto último tiene en parte de manía...). Con tiempo y tiento iremos viendo...

Un saludo.

tirafrutas dijo...

El de Freud se publicará ya mismo. Si no para el Día del Libro, para el Saló de BCN.

Anónimo dijo...

el de van gogh me parece un pedazo de tebeo!
es de esos que le hubiesen gustado hacer a uno, pero que llegó un señor antes y lo hizo él, y hay que ver lo bonito que le quedó!

Anónimo dijo...

Qué torrente de maravillas nos están dando esta gente. Los que estaban casi desde el principio en eso de L'Association y los que se fueron uniendo poco a poco, en otros proyectos y en otras casas. Estoy con Vd. Hace ya casi tres años que me tiene atrapado el Sr. Blain, aunque me limita mi escaso francés a la hora de disfrutarlo en tiempo y forma... pero estoy en ello

Octavio B. (señor punch) dijo...

De Sfar conozco alguna Mazmorra, comercial y buen tebeo. El primer gato del Rabino, que no me llena, se siente... y, aquí sí, el Gran Vampir 1, una maravilla.
Casi tanto como Isaac El Pirata.
Esta nouvelle BD que vivimos. Qué presente tan maravilloso nos ha tocado a los que gustamos del viñeteo, ¿verdad?.