Estuvo grande ayer. Está grande cada poco: una vez por semana, o así. El resto de los días, está gracioso (que no es poco).
Es un señor que, ahora parece poca cosa, ha creado un lenguaje propio, una mitología propia, una manera propia de entender su oficio y de contarnos la realidad cotidiana. Un señor, una manera de hacer, con los que contamos ya, que damos por seguros... pero un señor que no tiene equivalente en ninguna parte, me parece.
Un señor que, por cierto, tiene espacio en la red. Aquí.
4 comentarios:
Hacer el triple salto todos los días y antes de desayunar es lo que tiene, que acaba pareciendo fácil. Estoy contigo en eso de una genialidad a la semana -o más-.
Hace un tiempo, en una intervención suya en la radio, contó que hay una expresión en el diccionario que consta como invención suya, no recuerdo ahora qué era, pero me sorprendió mucho por lo conocida. Un creador sin par como bien escribes.
Y siempre con una sonrisa. :)
Otro, otro maestro. La familiaridad te da el éxito social -las famosas tazas de El País, que volaron- pero pospone injustamente el reconocimiento del mérito. Bueno, ahí se las den todas, ¿eh? :)
Un saludo.
Ah, la palabra es bocata, según el mismo dijo -en La ventana-.
¡Eso es!
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