Amanece nublado también hoy. Ha debido llover toda la noche: el tráfico al otro lado de la ventana suena así, a asfalto húmedo y a febrero gris.
Espero a que aparezca el fontanero para solucionar algún fleco pendiente de la obra. (Y cruzo los dedos con fuerza, que ya sabemos todos cómo puede derivar todo en el puro caos. En especial si hay fontaneros de por medio...)
Ayer trabajé, así que apenas si vi la luz del día. (Eso sí: me mojé lo mío cuando volvía para casa... Así tengo hoy la garganta, claro...)
Y no dejo de darle vueltas a un par de cosas... proyectos, digamos. (Con la cabeza como la tengo últimamente, vete a saber cómo cuajan... pero ahí están, en la recámara, chup-chup...)
Buenos días, en fin.
3 comentarios:
Jajajajaj
Justito ahora mismo me quito las botas y aparecen ¡esos mismos calcetines!!!
Qué cosas!!
Besitos
Son tuyos esos calcetines, señor con gafas?
Un saludo de buenos días ;)
Uy, no. Yo tengo los pies más feos...
Buenos días, viajera.
:-)
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