jueves, 10 de abril de 2008

aguas mil


Vuelve a encapotarse el día. Gris plomo en el cielo, charol sucio en las aceras. Y esa sensación de que algo se precipita... de que algo está a punto de ocurrir. (Demasiadas películas, a lo mejor...)


Leído ya el último Mendoza, qué puedo decir: fluido, inteligente, divertido, fresco. En su línea paródica, pero mejor cuajado que Gurb u Horacio Dios. Se lee con gusto, se bebe. Y deja una sonrisa tras la última página... no sé si se puede pedir más.





Por lo demás... ando un poco cansado estos días. No sé si será la astenia famosa...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este y el de Zafón van a ser las dos víctimas del Día del Libro.

Ya le contaré...