viernes, 4 de julio de 2008

agusanado


Pensaba uno que lo de Dragó era lamentable, pero Herman Tertsch hace que lo del señor del tantra y el vasito de whisky sea una cosa como de patio de colegio: escuchada su perorata de hoy en TM (dónde si no: TeleEspe), mi diagnóstico viene a ser el previsible, pero con los dientes apretados.

Eso, un gusano. (Porque mentar a las madres sigue estando feo.)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Discrepo en algo (no ya contigo, sino con medio mundo), y es que yo sigo respetando a Dragó. A pesar de sus giros ideólogicos, de su defensa del toreo o la mediocridad de algunos de sus libros, entre otras cosas, Dragó es para mí "Negro sobre blanco", en mi opinión el mejor programa sobre literatura que se ha hecho en este país (y gracias al cual me interesé por muchos escritores que de otra forma hubiera tardado mucho más en descubrir). Creo que sólo por eso podemos ignorar (no sé si perdonar) al Dragó de los últimos tiempos.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿Hay algo -alguien, lo que sea- que no sea un gusano y despreciable lejos de la órbita del líder? ¿Tersch era también un gusano cuando escribía en el País? ¿Hay vida fuera de la adhesión incondicional a las siglas?

fcnaranjo dijo...

¿El líder, las siglas? No hablo de ideologías, sino de conductas (o, en todo caso, de lo que los vilesydespreciables dicen). A Tertsch no lo leía en El País y no lo leo ahora: pero a veces tropiezo con él en una televisión y me pone los pelos de punta lo que le escucho hablar.

(Amigo Civ: lo lamentable de Dragó está, para mí, en su muñeco, estos últimos años de tantra de boquilla y deriva ideológica. Siempre se jactó de ser anarquista y no plegarse ante ningunas siglas, pero su servilismo hacia el anterior presidente de gobierno y los últimos años de su carrera como opinante son... eso, como si alguien lo hubiera sustituido por una extraña marioneta arrugada y de sonrisa agria.)