Cumplió ya las 100.000 órbitas (100.042, cuando escribo). Su ojo de cristal nos ha descubierto imágenes espectaculares y ha ayudado a que el asombro se instale fuera de los fríos laboratorios y alcance a todos los rincones en los que haya una pantalla.
Y ahí sigue, gravitando, vigilando.
Y ahí sigue, gravitando, vigilando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario