Tuve una vez un amigo muy punk que acabó pegándose un tiro en la cabeza, o eso cuenta la leyenda en el barrio. Era buena gente, y tuvo siempre un gusto exquisito: le gustaban a rabiar los Residents, y un buen día me confesó que le gustaban también Los Secretos.
Como es de ley.
Como es de ley.
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