Que se puede hablar de Kosovo, claro. Y mucho habría que hablar. Pero tampoco conviene olvidarse de Chechenia. (Y ese espectáculo nauseabundo, cuando se solucionó el famoso incidente del secuestro colectivo en el teatro con una entrada a saco después de gasear a terroristas y rehenes: y todos lo líderes occidentales, los nuestros incluídos, felicitando al asesino Putin.)
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