miércoles, 27 de agosto de 2008

riots

Estos días achinados hemos visto en los medios numerosas noticias a propósito de manifestantes pro-Tíbet que eran encerrados, perseguidos, escondidos y etcétera. (Muchos eran occidentales, por cierto.) Resulta curioso comprobar que, en la Covención Demócrata en la que se está llevando a cabo la canonización en vida del señor Obama, la actitud de la policía con los manifestantes antimilitaristas o anti-no-sé-bien-qué, está siendo considerablemente contundente. Sin que nadie señale la cosa como algo propio de una dictadura, comunista o no.

(Salvando las correspondientes distancias, desde luego... Pero, vamos: doble rasero hay, me parece.)

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