Después de ver Camino, la película de Javier Fesser, conviene decir que puede provocar insomnio y, en algunos casos, un irrefrenable deseo de quemar algunas iglesias; tampoco muchas, dos o tres: las más feas.
Por lo demás, decir que me pareció una película muy bella y muy sólida, con una caligrafía limpia y serena, meditada, que confirma a su director como una de las voces más personales del cine de aquí.
(Una nota al margen: la niña es muy guapa y lo hace bastante bien. Pero cuando le den el próximo premio... por favor, que no la disfracen de Shirley Temple...)
Por lo demás, decir que me pareció una película muy bella y muy sólida, con una caligrafía limpia y serena, meditada, que confirma a su director como una de las voces más personales del cine de aquí.
(Una nota al margen: la niña es muy guapa y lo hace bastante bien. Pero cuando le den el próximo premio... por favor, que no la disfracen de Shirley Temple...)
3 comentarios:
Impacta.
Porque hay un gran trabajo detrás.
Y buen gusto, aunque digan lo contrario.
Ajá, sí. Bien visto.
Ahí le has dado.
Yo no soy ningún experto en moda y protocolo, pero la belleza es lo que es. E imagino que les debió de costar dios y ayuda vestir, peinar y maquillar a una niña tan guapa para que pareciera eso... Fea.
A mí la película me encantó. Destila riesgo y personalidad, cosa que no abunda mucho en nuestro cine hoy en día.
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