Aquí parece que nadie se quiere enterar, pero la cosa es muy simple. Vamos a ver: la asamblea vota y da su consentimiento al Comité de Empresa para que, durante la negociación y si las circunstancias lo aconsejan, plantee en su nombre las medidas de presión que sean necesarias, incluída la huelga. Con ese mandato, el Comité se sienta a negociar con la Empresa. Que unos señores digan que a ver si convocan la huelga ya, que así no se puede estar. Si otros dicen que mientras haya posibilidad de huelga no se sientan a negociar. Que otro amenaza con que se le está acabando la paciencia al Ministerio (que, así dicho, casi pareciera un bicho que se pone nerviosito con la calor). No deja de ser todo marear la perdiz: señores, hay que negociar.
(Y los conductores de Auto-Res, cuidadito... que por ahí arriba hay poca paciencia...)
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