domingo, 6 de abril de 2008
debajo de mi calle
Debajo de mi calle pasa el Metro. A veces, cuando todo está en silencio se escucha el estruendo de los vagones en el túnel y se siente como un temblor brevísimo, casi una intuición de terremoto. A veces: de noche, incluso en la cama ya, o por la mañana temprano, cuando me he levantado ya y curioseo por la Red antes de hacer el desayuno.
Ahora no. Tecleo esto mientras suena música en casa, y en la calle va y viene la gente. Vestidos de domingo, aprovechando un sol un poco raro, embozado. Tecleo mientras suenan Charades, que son tan fresquitas y hacen unos trenzados de voces tan chulos, así que si pasa un metro no lo voy a sentir ni lo voy a escuchar, ni falta que hace.
Y estos días últimos he estado un poco disperso, lo habrán notado, a lo mejor. Llevo tiempo así. Tenía la cabeza en otras cosas (y ahí sigue, pero menos: los cambios, incluso si son a mejor, me desconciertan al principio). Me iré poniendo al día despacito, ya lo verán. En lecturas lo primero, que se acerca el Saló y la avalancha de novedades ya amenaza en el horizonte cercano, y yo sin ponerme las pilas. (Por cierto, que la novela de Mendoza es de las buenas y se lee sin sentir.)
Buenos días.
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2 comentarios:
Y también tienen fotolog, por si le interesa:
http://www.fotolog.com/bcoredisc/27947141
Besitos
P.d. Tengo la sensación de que nuestros caminos se entrecruzan más últimamente... y seguimos sin vernos... curioso, ¿no?
Me interesa, sí...
(Y lo de vernos... vamos a tener que ponerle remedio, que esto es un sinvivir...)
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