El nuevo curso empieza despacio, como si todo alrededor se resistiera a abandonar agosto y la sensación de vacaciones, de retiro, de huida o qué sé yo. Hoy parece que es un primer día de baja intensidad: abrió ya la panadería de siempre, pero los periódicos siguen livianos, y el restaurante de los lunes no funcionará hasta mañana (hoy andarán limpiando y esas cosas, una pena). Entra hoy el nuevo curso y yo aún no empiezo con mis vacaciones. Pero voy adelantando ya alguna tarea: lecturas pendientes que este fin de semana he empezado a atacar. (Hay por ahí un par de proyectos de escritura que también convendrá ir resolviendo este mes, pero no adelanto nada que luego no sale, se retrasa o no funciona y para qué queremos más...) Si nada se tuerce, pasaré por Avilés un par de días para saludar a mi gente de por allá y para cambiar de aires, que se echa en falta el verde asturiano y este año toca no moverse más.
A lo largo de la semana la cosa irá tomando ritmo, ya verán. Por ahora, mi calle sigue tranquila (obras aparte) y el cielo estaba hoy transparente.
Buenos días.
A lo largo de la semana la cosa irá tomando ritmo, ya verán. Por ahora, mi calle sigue tranquila (obras aparte) y el cielo estaba hoy transparente.
Buenos días.
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