Shane Johnson, en su
My life in a cube, anuncia nuevas: se marcha de la oficina y se plantea iniciar una carrera como ilustrador y
cartoonist. Sus últimas entregas tienen un tono inédito de esperanza. Además, propone un ejercicio colectivo: que sus lectores envíen sus propias experiencias de pesadilla burocrática, y él irá colgando las que más le gusten.
¿Alguien se anima?
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