Por lo demás, todo como siempre: escuelas bombardeadas, fósforo blanco, niños asesinados, hambre, miedo... y la convicción (porque lo sabemos todos) de que cada superviviente, cada huérfano, cada viuda, son ya, desde ayer mismo, bombas andantes que sólo esperan el mejor momento para reventar y hacer el mayor daño posible a Israel.
Por suerte, a propósito de la hipocresía que en nuestros papeles galopa a sus anchas, a propósito de los dobles raseros y la moral por triplicado, Manel Fontdevila, que está hoy gigantesco en Público, sabe resumir las cosas bien y, de paso, ponernos la sonrisa de la mañana... que, visto lo visto, falta hace.
ACTUALIZANDO: Mientras escribía esto de arriba, Hamás movió un dedo, parece, con los resultados previsibles.
1 comentario:
verda d es el estado de gracia de manel fontdevila, no se ese hombre de donde saca pa tanto talento diario, nuestro proximo forges.
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