Pues lleva razón
este hombre. Ya me pareció regocijante el nombramiento de una ministra joven y catalana en Defensa: por lo que sacudió a la caverna. Lo del traje de ayer me parece, en principio y en caliente, una tontería. Pero me gusta por lo mismo: la caverna removiéndose.
Y ahora ya podemos seguir pensando en las cosas que importan de verdad.
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