El ambiente se espesa cada día más en el lugar donde asesino despacito y minuciosamente mis horas, mis días. En el lugar donde trabajo.
Se espesa, se agria, se cuaja de cuchillas afiladas y de ambientes malsanos.
Habría que demoler las cosas, remover los cimientos podridos. Pasar a la clandestinidad y abrir todas las ventanas. Dejar pasar la luz, que todos los murciélagos escapen y oculten el cielo un momento y no vuelvan.
3 comentarios:
No puedes imaginarte A QUE GRADO te comprendo.....
Lo que usted plantea, se llama REVOLUCIÓN...
A veces, es que no queda más remedio...
Por otro lado, también puede ser la primavera, que nos deja un poquito bajos...
De cualquier manera, ¡ánimo!, señor Naranjo...
Revolución o pataleo, no sé...
Pero no, la primavera hace su labor de zapa por otro lado.
:)
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