Ya saben. Que lo contaba el amigo Lluis Obiols el otro día, en la tele. (Sí, hombre: el meteorólogo más cool de Tele5...) Que llega el verano y se acabó la inestabilidad atmosférica: va a hacer calor, dijo.
Pero bueno, era de esperar...
En lo que respecta a otros asuntos, y mientras los obispos se encierran a hablar de la unidad de España, ese país, yo me he liado esta mañana la manta a la cabeza y he empezado la lectura del Heike monogatari, editado por Gredos. Ya saben: clásico japonés de tono épico y esas cosas. Una lectura que se ha revelado, oigan, sorprendentemente ligera en sus formas, casi casi refrescante. Quedan bastantes cientos de páginas por delante, pero puedo decir ya que me está gustando mucho. (La edición por cierto, modélica: ya lo avisé en su momento, cuando lo compré. Traduccción del japonés, notas accesibles, prólogo didáctico... y un castellano rico y fluído, que no es poco.)
Por lo demás, y si me disculpan la precipitación (no son horas), las cosas en el trabajo se deterioran a ojos vista y en el metro se suda de una manera jurásica y desbocada. Un asco.
Buenas noches, en fin...
3 comentarios:
Amplíe eso de "jurásica", porfa...
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Pues eso: ambientes saturados de humedad y rugidos en la oscuridad...
:)
¡Ah, pues muy bien!
(Es usted didáctico, pero que didáctico didáctico...).
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