Se escucha llover.
La tarde se va deslizando despacito, suave. Entre pantallas, como alguna vez he dicho ya: aquí delante, tecleando; o ante la televisión, recuperando episodios de
Las chicas Gilmore.
La tarde pasa despacio, sí. Mientras suena música tibia (hoy toca melancolía: La Buena Vida).
Detrás de la ventana (empañada, salpicada), el gris se va opacando.