Leo en el diario que, en efecto y como adelantara por aquí el amigo Luis de Luis, Destino edita estos días una primera entrega de las dos que agruparán el Genji monogatari de la dama Murasaki. Leo también que Atalanta, la nueva aventura de papel del Conde de Siruela, publicará la misma obra en un único volumen (ilustrado:ojo) hacia mediados de noviembre, como ya comentamos por acá.
Dos ediciones, dos traducciones. Dos oportunidades de las de no dejar pasar.
¿Cuál, me preguntan? Difícil elección. Veremos precios y eso... Pero, conociéndome, sospecho que acabaré con las dos en casa. (Que no es tan raro, tampoco. A nadie se le mira raro por tener dos o tres traducciones de Proust o de Joyce.)
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En otro orden de cosas, he leído ya la cosa de Alex Niño que les comentaba ayer. Y se confirman mis temores: el tal Anderson se marca una supuesta fábula con exceso de páginas y defecto de ingenio, pero el trabajo de Niño es espectacular, vibrante y hasta excesivo en su barroquismo.
(Yo es que tengo debilidad por el filipino, desde que lo descubrí en las revistas de Toutain...)
Y debo aclarar, además, con respecto a lo dicho anoche, que el libro de Ware contiene bastante material inédito... y es una auténtica joya.
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Por lo demás, y de momento, el cielo se mancha de gris...