El sol de noviembre es engañoso. Ciega, pero no calienta. (O no lo hace hasta bien entrada la mañana, en fin.) Pero hoy está el cielo de un azul espectacular y lo de menos es que a uno se le enfríen las orejas...
Todavía queda alguna mosca muy, muy despistada, lo crean o no... Casi da ternura encontrárselas al salir a la calle, revoloteando sin saber dónde ir...
Los colores, en la calle, parecen otros. Están dibujadas las fachadas, las aceras, las farolas, con una precisión especial, como de videoclip vertiginoso.
Y el tiempo pasa despacio. Y hay tanto por hacer... Un mes complicado, este noviembre...