La segunda la encontré hace unos días en Moyano, rebuscando entre viejos títulos de la Colección Reno. Lo editó Longman en 1978, y es una versión simplificada de la novela, en inglés... y chino. (No pude resistirme... la carne es débil...)
Bonitas cubiertas, ¿verdad? Con todo ese sabor añejo de la pura aventura del papel viejo... De cuando abrir un libro era siempre abrir una ventana a mundos emocionantes... (En mi casa esa ventana se abre a diario, no me malinterpreten: leer sigue siendo una necesidad vital y un vicio, además de una declaración de intenciones. Y una vocación. Y una alegría.)
2 comentarios:
El de Jane Eyre se me antoja muy apetecible.
Un saludo
tengo algunos libros como este, se usan en China para prácticar el inglés, a mi también me gustaban mucho.
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