La exposición me ha sorprendido. No la esperaba así. Está llena de cacharritos, protoautos, clavos herrumbrosos, calaveras amables... Es como entrar en un México de juguete, macabro y sonriente. Un paseo por el lado más sedoso del mito. (Queda casi un mes para que termine: volveré.)
Por supuesto, alguna cosa de Sfar ha acabado en mi mochila, y alguna cosa de Trondheim: Désouvré. También, las tres entregas recientes de la colección Ignatz.
A continuación, he seguido camino hacia la Gran Vía, he entrado en otra librería para hacerme con Historias en la palma de la mano, de Kawabata: Emecé, en su colección Lingua Franca.
Luego, hacia la Puerta del Sol despacito, y hacia la calle Huertas después, paseando con la mochila llena de historias, caminando hacia abajo, hasta el trabajo.
No ha sido un mal día, en fin. (Ha acabado bien, además: noticias de Cabo Verde y un par de episodios de la tercera temporada de Angel.)
(Y, en el correo, la imagen que les dejo aquí abajo: convocatoria para el martes próximo, con Julio Llamazares, Julián Herrera y el propio Antonio Santos...)

______________________________________Buenas noches.
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