jueves, 16 de marzo de 2006

malevich

Me lo contaba ayer mismo. Se pasó media hora sentada delante del Cuadrado negro de Malevich. Estuvo un ratito llorando, conmocionada por dentro por la imagen. Y conmocionada por un puñado de recuerdos con ella relacionados...


Es emocionante imaginar la escena: una muchacha de ojos grandes sentada ante el puñetazo visual de Malevich, conmovida, ensimismada, sin apartar la mirada de la hondura negra...

(El cuadro lo tienen ahora en la Fundación Caja Madrid, en el número 1 de la plaza de San Martín; aquí, en Madrid. Forma parte de la imprescindible exposición de Vanguardias Rusas.)

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