martes, 14 de marzo de 2006
por la ventana
Pasa un barrendero, el mono de trabajo parece más verde con el sol. Se para un momento, recoge algo sucio con una pala, se queda mirando luego a una muchacha que pasa a su lado. Enciende un cigarrillo, le da un par de caladas profundas, con ganas. Sigue su camino...
Yo escucho Villa Flir, el disco reciente de Kikí D'akí: una joya íntima y exuberante de pop acharolado.
En la mesa hay un par de libros nuevos. (Bueno... no mintamos: alguno más hay.) Por un lado, Stranger things happen, una antología de relatos de Kelly Link, una señorita cuya pista descubrí hace unos meses, en una de esas compilaciones temáticas de lo mejor del año que en ultramar se editan. Escribe fantasía sin orcos ni búsquedas agotadoras, fantasía hogareña, de andar por casa. Y escribe bien. Y en sus narraciones hay siempre humor, una mirada fresca, ternura. E ideas sorprendentes. Por otro lado, el nuevo de Cristina Fernández Cubas. Ya les hablé de él cuando no estaba aún en las tiendas. Parientes pobres del diablo reúne tres cuentos, está editado por Tusquets y estoy deseando leerlo.
Hay más, pero les iré contando otro día, si les parece...
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