Esta mañana, sí.
Después de la clase me he acercado al Espacio Sinsentido para mirar la exposición de Leiva. La chica morena y amable, voces en la oficina, Pizzicato Five de banda sonora; y las planchas de Juana de Arco, luminosas, espectaculares. (Hay, también, una mirada cercana sobre el proceso de creación: cuadernos, bocetos, páginas de guión, apuntes...) Un placer.
Después, despacito, un paseo Barquillo abajo, hasta Cibeles; y luego, tranquilamente (y ya con la cazadora debajo del brazo, que el sol apretaba), hasta Neptuno. Parada en el VIPS: no es muy grande, pero sí lo suficiente para ver el tomo de cartoons de The New Yorker que anda por ahí de oferta... (A ver si uno de estos días...) Y otra vez acera abajo, hasta Atocha; allí empezó a soplar un viento fresco, muy agradable, que a lo largo de la tarde ha ido paseando por el cielo de Madrid un buen puñado de nubes, incluso la sombra de la tormenta.
La tarde, por cierto, ha sido larga, lenta. El ambiente se espesa en el trabajo... poco a poco, las cosas van quedando claras. Y no para bien.
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Placeres privados: Colombo. ¡En inglés! Joyas...
Mañana remataré el libro de la señora Tusquets: frescura en cada frase y unas cuantas reflexiones notables por su actualidad (pese a que se refieren a sucesos ya relegados a la memoria cultural del país, y a la personal suya).
Y a ver si este fin de semana puedo leer algunos tebeos; hay un buen puñado en lista de espera. (Hasta hoy, y desde hace casi un mes, sólo he leído el Ultimate Iron Man #1: guión de Orson Scott Card. Bien resuelto, pero apenas si ha empezado a ocurrir algo... )