Aventura referencial y cinismo post-Mulder, todo en un ajustado producto pop a cargo del Warren Ellis más cuidadoso y de un espectacular Cassaday.
Ya les contaba ayer: una lectura rápida que tiene el mérito de que parece ocultar (sugerir) más de lo que ofrece. Inteligente en la dosificación del enigma, enciclopédico en el manejo de las referencias, este título es seguramente lo mejor que haya escrito Ellis nunca. (Al menos, es lo mejor que yo le he leído; de lejos.) Tiene, cómo lo diría... el sabor de esos viejos episodios de Los Vengadores televisivos, ¿recuerdan?, esas joyas ultrapop con una Diana Rigg que era puro glamour, minuciosamente sexy, insultantemente inteligente. Algo de ese sabor, sí...
Cassaday, dibujante frío que me recuerda (en otro registro, pero) al francés Gal o al más conocido Bolton de los buenos tiempos de Aventuras Bizarras, hace un trabajo extraordinario, ajustadito a sus limitaciones (que las tiene) y sabio en la utilización de sus mejores dotes (que las tiene, también). No es desdeñable, por cierto, el trabajo de la colorista, Laura Martin, que proporciona al conjunto un estimulante aire de realidad paralela...
Lectura de fin de semana, en fin. Agradable, chispeante a ratos. (Una única pega, que serían dos: lo lento del desarrollo de la trama... y la lentitud de las entregas. ¿Cuándo pasaremos de la presentación de personajes, del índice de referencias cool, para adentrarnos en el nudo, el conflicto, el meollo? O quizá es que no habrá tal...)
Por lo demás, nubes y claros. Suenan Nosoträsh, que preparan, por cierto, nuevo álbum. (Eso, si no lo han editado ya, que ando muy descolocado...)