Inevitable acordarse. (Y eso que no he encendido la televisión todavía...)
Que el cielo se esté vistiendo de gris plomizo ahora mismo no ayuda a olvidarlo.
Recuerdo la televisión ese día. Y los días siguientes, pero sobre todo ese día, toda esa tarde. Las imágenes increíbles, perturbadoras en su hiperrealismo. Era difícil creer lo que se veía. Era imposible apartar la mirada.
Se dijeron muchas cosas. Muchas tonterías. Se dicen, aún.
Una cosa es cierta: el siglo XXI empezó, en realidad, hace cuatro años. Justo cuatro años. Para bien o para mal.
No: para bien y para mal.