viernes, 16 de septiembre de 2005

banana

Tengo ahora mismo a mi lado, al alcance de la mano, un nuevo libro de Yoshimoto Banana, autora japonesa a la que me gusta volver de cuando en cuando, y de la que procuro comprar todo lo que encuentro... (En castellano, que es poco, y en inglés, que algo más sí va habiendo...)

Trasteando para encontrar alguna imagen que ponerles a ustedes, que las cubiertas de sus libros suelen ser atractivas (especialmente las de Faber, pero las de Tusquets, aquí, no son mancas...), he dado con su página oficial, o algo que se le aproxima bastante. Se la dejo acá, por si quiere alguien curiosear.

¿Por qué me gusta leer a esta mujer, casi siempre al borde de lo superficial, casi siempre más cerca del japón pop que uno ha aprendido a amar en determinados manga, en las portadas de los discos de Pizzicatto Five, en cierto cine, en las novelas de William Gibson? Pues el caso es que ni yo mismo lo tengo claro. Puedo decirles que sus obras suelen ser breves y están escritas en un estilo frágil. Algunas de sus imágenes, algunas de las cosas que cuenta, algunos de sus personajes, parece que fueran a romperse si uno se acerca demasiado... como si un soplo de aire pudiera desbaratarlo todo. Hay en sus páginas una magia de papel, origami de palabras y sentimientos. Y hay una cadencia, una tersura especial.

El primer libro que leí suyo fue Kitchen. Está en castellano, lo editó Tusquets primero en Andanzas, luego en Fábula. (Aún se puede encontrar esta última edición...) Para mí fue una sorpresa, un soplo de aire fresco, burbujeante. Desde entonces, procuro seguirla en la medida de lo posible. (Me gustan mucho las ediciones de Faber, pese a los precios...)


Ahora (en cosa de un ratito) empezaré a leer Hardboiled/Hard luck, y ya les contaré cómo va la cosa. En principio, qué quieren... me las prometo muy felices.