Buenas. Pues eso, que jode mucho volver al trabajo.
Me duelen los pies. Y me duelen las manos, dejen que sea metafórico: de tanto llevármelas a la cabeza. Que es lo que tiene el reencuentro, que uno va poniéndose al día incluso no queriendo, y claro, el desfile de ineptos, el listado de sandeces y despropósitos... esas cosas.
Que no, cabreado del todo aún no. Pero en un par de días...
A otra cosa, mejor.
Que hoy, con El País, se vende El nombre de la rosa, excelente novela. Eco, ya saben. Pensé que se incluiría, como apéndice, el Apostillas, como ocurre en algunas ediciones de bolsillo que por ahí corren, pero no. Una pena. (No obstante, si no conocen, si no tienen, si no han leído... no lo duden. Lo reconcilia a uno con la novela como arte y como disfrute.)
Que el mismo diario anuncia, a partir de este domingo próximo, nueva colección de DVDs. Hay títulos curiosos. (No les doy la lata con ello: ya lo verán en todas las televisiones a lo largo de la semana, seguro.)
Que estoy disfrutando mucho de la recuperación (ah, san DVD) de El ala oeste en su primera temporada, ¿saben? Salgo a un par de episodios diarios. (Eso sí, en inglés se hace difícil: hablan mucho y muy deprisa. Los subtítulos no son modélicos, precisamente. Pero las voces... )