Ah, da gusto levantarse y sentir que por la ventana se cuela un poco de fresco, y asomarse para ver que el cielo está gris, que huele a otoño, que hay quien pasea con una rebequita puesta ya (que la gente es, por cierto, más bien exagerada, ya me dirán si no...); da gusto darse cuenta de que se ha dormido casi casi de un tirón, aunque se levante uno un poco cansado después de varias noches de sudor e insomnio climático; da gusto abrir todas las ventanas y ver que los visillos se mueven y, en algún caso, descolocan uno que otro papel.
Que igual dura nada, unas horas, un día, no sé; y vuelve el sol, y las noches recalentadas. Pero la cosa es disfrutar del momento.
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Con respecto al día de ayer, qué les voy a contar. Charla relajada, una comida razonable. Me hice con el pack de Angel (segunda temporada). Se habló de cosas interesantes, se planteó algún proyecto del que no tardarán en saber.
El curso empieza bien, en general.
(Y, en la televisión, Horatio estuvo más chulo que nunca, pero la muerte del CSI rechoncho no acabó de ser todo lo dramática que hubiera debido ser, creo... Por lo que respecta a NY... no sé, tengo sensaciones contradictorias. Sinise es un tipo sólido, y algunos de los personajes prometen, creo; y lo plástico, esa fotografía en gris y azul, esa cámara que se aleja para abrir el encuadre, esa sensación de gente chiquita frente a la ciudad gigantesca... todo eso me gusta mucho. Pero el primer episodio fue tan... plano, tan monótono en su desarrollo, que no sé... Habrá que darle unas entregas más, a ver qué tal hace el rodaje...)