No planetaria, pero casi...
Más bien mitológica, si acaso. Verán, había ya oído hablar de este librito. (Había leído sobre él, más bien.) Una curiosa conjunción: el universo de Holmes, tan victoriano y racionalista, y las pesadillas de Lovecraft, tan oscuras, que postulan una realidad porosa y frágil, incapaz de retener los horrores que acechan del otro lado.
En mi caso, dos mitologías muy cercanas. La primera, porque forma parte de mi educación estética desde muy pequeño. (Sherlock Holmes, señores... que tire la primera piedra aquel que no.) La segunda, porque la descubrí de golpe a la edad adecuada (andaba yo haciendo BUP; la pura edad del pavo, que se decía entonces) y en las maravillosas ediciones de Bruguera y Alianza, con Llopis y Frabeti al timón.
Del libro he leído, hasta ahora, la aportación de Gaiman, ingeniosa y muy bien escrita: A study in emerald. Ya les contaré.
**********
Perdidos.
Vale, me mojo: a mí me ha gustado.
Hay que decir que, después de tanto alboroto, quizá sabe a poco. De no conocer nada de antemano, probablemente me hubiera sorprendido más.
Pero desde aquí lo digo: estoy enganchado.
(Es cierto que, en realidad, es muy fácil engancharme... pero, qué quieren, ya casi nada lo hace; reconozcamos los méritos de quien lo consigue.)
Hablaremos, no obstante, más despacio de esto.
**********
Y ayer se me olvidaron algunas cosas. Esta cabeza...
Por ejemplo, que Opportunity se ha liberado ya de la trampa de arena en la que se había atascado. Ya está rodando otra vez por Marte...
Y algunas más. Recuperarlas no tendría mucho sentido. Puf...
**********
El día ha sido un poco menos agobiante, pero he ido a todas horas en piloto automático: falta de sueño.
Y me he comprado un Taniguchi nuevo.
Y la vida sigue, que no es poco...