A Maitena no conviene leerla así, todo seguido. Cansa. Es mejor hacerlo de a poquito. Una, dos planchas por día.
Tenerlo todo aquí sirve, eso sí, para comprobar que ha evolucionado, para confirmar que ha ido a mejor. Sobre todo, como dibujante: lo que publica ahora en EPS es muy superior a lo que aparece en esta compilación.
No hay que sacar las cosas de sus quicios: hace un humor que no llega a herir, una cosa amable que arranca sonrisas a partir de retratos cotidianos y clichés a menudo más reales de lo que todos quisiéramos.
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Por aquí, todo bien. Más o menos.
A las hormigas, hoy, las acompaña una polilla minúscula y más bien nerviosa...