Volvió a nevar anoche. Copos livianos y grandes y grises como ceniza. Toda la noche.
Esta mañana, cuando el sol no había salido aún, me he asomado un momento a la ventana: el mundo en silencio, como si la noche jugara a contener la respiración antes del alba.
Qué extraño invierno callado...
Luego he vuelto a la cama y he soñado con gatos oficinistas...
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