viernes, 4 de agosto de 2006
en negro
K tiene un invernadero de aire gótico. Metal oscuro y cristales ahumados. Siempre está nublado, siempre hay un aire germánico y perturbador alrededor.
Dentro, una jungla espesa de plantas carnosas y una atmósfera densa y dulce, una niebla con sabor a tierra húmeda y sangre vieja.
Con cada luna nueva, enseña canciones antiguas a su coro de mandrágoras. Cabecitas musgosas, ojos hinchados de savia espesa. Las bocas, milagrosas y al unísono, entonan California dreaming como lo haría una coral de ángeles enfermos.
K no se quita los lentes oscuros ni para llorar de felicidad.
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