Parece que el cansancio funcionó; he dormido un poco mejor hoy.
Extraña sensación: anoche, viendo en la pantalla a personajes que ya sabes muertos. (En Urgencias, digo.) Muertes que te afectaron, además. (Siquiera de esa manera superficial y estética en la que afecta la muerte de una ficción; que es, a veces, más emocional, más dura, que algunas muertes reales, pero lejanas...) Pienso en ese doctor Green, el de las gafitas, ¿recuerdan? (Se llama Green, ¿verdad? Mark Green, si mi memoria, ya saben...)
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Muertes reales. Tino Gatagán, ilustrador. Un cáncer largo, doloroso.
El suyo fue un estilo reconocible, muy efectivo.
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New Order suenan. El cielo empieza a cubrirse... despacito y ya veremos.
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También en Locus. Susanna Clarke, autora de Jonathan Strange & Mr. Norrell, habla de sus influencias, de sus intereses, de su novela. Se apuntó a un curso de escritura, ya saben. Le sirvió, sí... para enamorarse de uno de los que lo impartían. (El mismo que envió uno de sus trabajos a Gaiman, que no sólo la escribió con admiración, sino que consiguió que se publicara en una antología de literatura fantástica: un primer paso notable, y decisivo.)
Entre sus influencias, o intereses literarios, cita a Jane Austen y a Dickens. Y a Chesterton, sobre todo: El hombre que fue Jueves.
Es reconfortante confirmar que uno lee a gente sensata...
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Hora de irse.
Tengan ustedes cuidado ahí fuera...