Como anoche les decía, dejo aquí una imagen del alemán. Del folletito que se regala en la sala. La exposición, de acceso gratuito, termina este domingo próximo. Si pueden, no se la pierdan. Es breve, pero jugosa.
No puedo decir que haya dormido bien, y les juro que era de noche aún cuando me he despertado por el concierto del pájaro vagabundo de que les hablaba hace algunos días.
Lo del banco ha sido rápido. Comprar unas rosquillas típicas, ya saben; echar un ojo al periódico. Recoger, bla, bla... Una mañana cotidiana.
Veo desde la ventana que el cielo está de un gris preocupante. Paraguas. (Hay que ver lo que hace la edad: en tiempos, ni se me ocurriría llevarme un paraguas por si acaso...)
Luego les cuento cómo se ha dado la tarde. Tengo toda la intención de que todo vaya bien... (pero claro, uno puede proponer, y empeñarse... pero no puede disponer...)