Un amigo en el hospital, recuperándose ya.
Mi hermano pequeño también: en dos días volverá a su casa, como nuevo.
Dentro del caos, los desastres que me caen cerca no dejan de ser livianos... Cuatro puntadas, un poco de suero y a casita. Vamos bien, por tanto. (O eso queremos creer...)
Y hoy, entre carreras al hospital y comida con los amigos, el retorno del gran A, unas copas y mucha conversación, algún libro inesperado me he traído a casa (mañana se lo escaneo a ustedes, que tiene su encanto).
Sigo, eso sí, con más cansancio del razonable, y ligeramente perdido, como sin saber bien para dónde tirar, si me permiten la expresión. ¿Norte, sur?
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Además, hoy debería haber luna llena, según mi calendario.
Desde la ventana no alcanzo a verla...