El sol no deja de castigar, ¿saben? Cada vez se hace más cuesta arriba salir de casa. Y cada vez es más difícil dormir de seguido, y uno acaba encharcado y mirando la hora cada poco mientras se remueve en la cama y pierde la mirada en la ventana, como esperando que la persiana se inflame.
El sábado, ayer, se fue con buen sabor de boca gracias al final de la novela de Auster, que me pareció tremendo. Y gracias a la última película de Miyazaki, El castillo ambulante, de la que hablaré más tarde, o un día de estos, pero que les adelanto ya (pero seguramente lo saben de sobra) que es una delicia, unos de sus mejores trabajos. Y gracias, también, a unos sorbos de vino y a un par de episodios de House recuperados a través de la promoción de El País; en inglés y sin publicidad, qué gusto...
Hoy, mientras las aceras arden ahí fuera, anoto algún enlace que me ha sorprendido agradablemente. Por ejemplo, tienen aquí una revista que se pueden descargar en formato PDF. En su redacción está involucrada una vieja conocida, Magda, y eso es una garantía.
Además, un par de nuevos vecinos que en un rato se unirán a la columna correspondiente de enlaces: Fanshawe y Nacho.
Pero es hora ya de ir pensando en qué hacer de comida... Si me disculpan...
5 comentarios:
Pues yo, para variar, le llevo la contraria, oiga; no creo que "El Castillo Ambulante" sea uno de los mejores trabajos de Miyazaki, más que a un nivel puramente visual. Argumentalmente hablando tiene demasiados cabos sueltos, y demasiados cabos atados a toda prisa, para mi gusto.
Un saludo.
Pues ya ve... Si lee más arriba, verá que me ha gustado mucho.
¿Cabos sueltos o atados deprisa? No sé... A mí no me pareció.
Po otra parte, a mí no me importa demasiado eso... Si la película (o lo que sea) me engancha, me engaña. Con el tiempo, a veces, me doy cuenta de esas cosas que usted dice... y para entonces, además, me da igual.
No, no... me ha gustado, la he disfrutado.
Ya ve... :)
Ya leo, ya, y le envidio la suerte de poder ignorar durante el visionado de una peli según qué cosas.
Yo no pude evitar preguntarme, tras la proyección, por qué se le pone fin a la guerra, cuando acaba la historia (¿por qué tocaba, tal vez, sin más?), por qué la hechicera del rey actúa como actúa, por qué la historia del espantapájaros se nos cuenta en dos líneas de diálogo, y ya casi en el último minuto, por qué la maldición que pesa sobre la protagonista va y viene, o por qué al final queda como queda (que tampoco me quedó demasiado claro cómo quedaba, si resuelta o no, la verdad, más allá del pelo cano).
Y no digo que la peli sea mala ni mucho menos, ojo; todavia no ha salido nada malo, que yo sepa, de las prodigiosas manos de Miyazaki. Pero estos pequeños agujeros argumentales (provocados quizá por una inusual complejidad en la trama y el número de personajes, que no en la temática, que supongo es a lo que se refiere usted cuando habla de una desacostumbrada ligereza en esta del castillo) hacen que no sea tan redonda como otras del director.
Por contra, eso sí cabe reconocerlo, los personajes son todavía más arrolladoramente carismáticos, atractivos y adorables que de costumbre, que ya es decir, y visualmente es poderosa como pocas.
El tono excesivamente edulcorado y ñoño del final, por otro lado, tampoco acabó de gustarme, aunque eso ya le pasaba en "El viaje de Chihiro". Se estará haciendo viejo el hombre, o algo.
Mi preferida suya, en fin, siempre ha sido y será "Porco Rosso". Cine de altos vueltos, si es que se me permite el chiste fácil.
Un saludo.
Jajajaja, de nuevo vecino nada :-) Soy más veterano de lo que se cree, pero es que siempre voy mudito...
No vi el Castillo aún, es la única que me falta de los largometrajes (bueno, y "La bruja Nicky"). "Chihiro" para mí es la más mejón, la más completa... pero coincido con Alfred en la delicia que me supone ver siempre "Porco Rosso"...
Ah, bueno... Pero ahora le tengo en la columna de vecinos y amigos enlazadito y antes no...
:)
Publicar un comentario