En primer lugar, un momento para la contemplación. Aquí.
¿Han respirado? Dedíquense unos minutos, vuelvan a pinchar...
Bien.
Ahora, en otro registro, un punto de ironía. Acá.
Y después, la cruda realidad. Pinchen y lean. En efecto, ya se escuchan por ahí palabras de júbilo al respecto del acuerdo. En efecto, siempre está el otro lado, desde el que las cosas no se ven tan de color rosa. Y, tristemente, nos toca demasiado a menudo estar de ese otro lado, el lado gris, el lado de los que acaban por perder siempre.
Era sorprendente (indignante, también) asistir al asombro dolido por parte de los miembros electos del comité de empresa en la última asamblea que se celebró en mi curro. Su doliente sorpresa por la insatisfacción de los trabajadores, por su indignación, por su agresividad. No entendían que la gente estuviera mal, no entendían que se les pidieran explicaciones, que se les echaran en cara las docenas de reuniones inútiles, las inacabables horas sindicales utilizadas en nadie sabe qué, los incumplimientos de compromisos escritos por parte de la empresa. Todo lo que sabían decir es que las cosas son difíciles, que hay que estar ahí para entenderlo, que los problemas vienen del comité anterior, que ellos ahora tienen el apoyo de mucha gente: ¡y no se les remueve la sangre al comprobar cómo toda esa gente ahora les reprocha su manifiesta falta de rigor, de vergüenza y hasta de amor propio!
(Todo esto igual no viene mucho a cuento... pero he estado charlando esta mañana con una buena amiga y me cuenta que todo sigue igual, que a pesar de que no hay ya reuniones de ningún tipo los miembros electos siguen sin aparecer por allí, que las cosas continúan ciñéndose a la pura y estricta arbitrariedad.)
En fin, eso. Que sigue haciendo calor, que el cielo se ha embozado otra vez, que tengo la cama sin hacer y que a ver qué hago hoy de comida...
(Y que luego, cuando la tarde vaya avanzando, les contaré de Pascin, otro excelente trabajo de Joann Sfar. Si va todo bien.)
2 comentarios:
He visto una imagen preciosa.
Y he leido un poema...
Ah, bien. ¿Te ha gustado, entonces? Me alegro...
(Cada día hay una imagen, un texto, un poema... Merece la pena.)
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