El ventilador mueve unos papeles justo delante mío, sobre la mesa del ordenador. Ese montón de papeles, ya saben, que se acumula: con direcciones de sitios web, con notitas de no se sabe ya qué, con algún teléfono garabateado, con advertencias en rotulador rojo: ¡IMPORTANTE! (¿Pero qué?)
Música suave, guitarras y coros femeninos y una batería ligera y un bajo potente. La persiana, casi del todo bajada: el sol abrasa, y no es una metáfora.
No es hora de estar en casa, lo sé. Tengo unos días libres, un puñadito. Apenas lo justo para no terminar de acostumbrarme al relax.
Me esperan varias torres de libros y revistas y papeles heterogéneos por leer. Me esperan cien DVDs por ver. Y un montón de cosas por hacer en casa: ordenar, por un poner, el caos que repta ya por todos los rincones...
Por ahora, en cambio, lo único que de verdad me apetece es sentarme delante del ventilador, beber agua fresca, buscar un CD largo para no tener que cambiar la música en un buen rato.
3 comentarios:
Que lo disfrute usted, fnaranjo...
;)
¡Cómo me suena todo esto! papeles, cd's, libros, películas... Al final el día que te da por ordenar todo termina en la papelera.
Haz lo que te apetezca, es lo mejor que se puede hacer :)
Gracias, chicas.
:)
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