No me gustan las palomas ni los caniches. Detesto las multitudes.
No sé nadar ni conducir. Ni patinar, ni montar en bici. (Vaya niño fui...)
El campo me aburre, sin entrar en detalles. Más de una semana fuera de Madrid se me hace un mundo, y hasta me cuesta respirar.
Me gusta, eso sí, la conversación, si bien es cierto que soy de natural callado.
Me gustan los gatos y me encantan los bull-dogs.
Me caen bien los gorriones descarados que uno ve por la calle y que se pasean entre tus pies cuando estás en una terraza tomando algo.
Me gusta, también, la gente. Casi toda la gente, pero no en grupo, no en masa.
Me gustan los libros, las historias ajenas, los días nublados y el vino tinto.
Y me gusta mi gente. Me gusta mucho mi gente...
8 comentarios:
Yo no sé conducir tampoco, pero nado como un pez y he disfrutado mucho montando en bicicleta.
Las palomas no me disgustan especialmente, aunque me parecen un poco como ratas cuando se reunen en multitud destrozando fachadas.
Me gustan los gatos, pero los bull-dogs me dan miedo.
Los gorriones descarados también me caen de maravilla.
La gente también me gusta; pero tampoco en masa, me gustan las conversaciones tranquilas y también soy de natural callado...
Y me gustan los libros y las historias ajenas y los dias nublados y las tormentas, pero ya no puedo probar el vino (es una pena)
Mi gente... qué te voy a decir.
Y en mi caso son las multitudes las que me provocan que no pueda respirar, a veces.
Y patinar no sé, yo tampoco...
Que bien encontrar otro ratón de ciudad tan convencido como yo. Dame cuatro días de tranquilidad rural y te mostraré lo que es un hombre histérico.
Muy cerquita de la embajada de la República de Lepmuria, en Basilea, hay una plazoleta preciosa con dos bares, un pozo y una tienda de juguetes que creo recordar que se llama Spielberg. En el bar de la derecha viven los gorriones más descarados que he conocido. Se suben al plato a comer, los tíos. Me caen estupendamente.
Yo tp se conducir
ni patinar
y mal nado
No me gusta el campo (como a nadie, por mucho que se diga. La vida salvaje está muy bien abarrotado de comodidades)
No tiene usted mal gusto, Don F.
Eso si, discrepo en lo de los bulldogs.
Ah, las palomas son, cierto, insufribles
Buenooo ¡lo que ha dicho el señor deluis!. Aunque igual es verdad y soy la única en el mundo que disfruta del campo y me agobia la ciudad, seré ratón de campo de todo tiene que haber.
¿No somos tan diferentes unos de otros o es que por extrañas circunstancias he ido a parar a un lugar afín?
Me gustan las palomas pero no mucho, los caniches, bueno.. no los odio. Detesto las multitudes, sí, a no ser que se masifiquen todas pidiendo la Paz mundial. Se conducir pero ahora tendría que dar clases. Me da miedo patinar y soy una ciclista más que presentable. Lo del campo ya se sabe y cuando voy a la ciudad me da dolor de cabeza. Adoro conversar y sí soy también mudita. Tengo gato en casa, siempre he tenido gato menos cuando viví con mi primer ex. ¡Qué preciosos los gorriones jugando en los charcos!. Sí también me gusta la gente, los libros, las historias propias y ajenas, las tormentas y el vino tinto (confieso que también el baileys).
Mi gente es... (me quedé sin palabras, soy mudita, pero son todos excepcionales)
Y por qué esto parece un meme o un test de compatibilidad con el señor fnaranjo??
(Ufff hacía tiempo que no me psicoanalizaba)
Saludos ;)
Me he pasado tres pueblos con el comentario ¿no? :( lo siento
Odio las palomas. Pero esta mañana, de camino al trabajo, he visto una a la que no he podido odiar. Porque estaba quieta, porque había ahuecado sus alas formando una especie de bola gris deshilachada, y porque de su pico brotaba la sangre más roja que nunca he visto. Y porque, consciente de su destino o tal vez repudiada por la masa, se encontraba sóla, a 20 pasos humanos, o a 200 pasos de paloma de sus compañeras.
Sí, odio a las palomas, pero...
muvcho me temo que, con perdón, amiga Thalatta,ha escriyto una enorme réplica, pero enorme.
Es un placer que la comparta.
Quizás el dueño de la garita comparta este pensamiento.
Es mi oponión y yo la comparto.
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